Encaramos el Paso sin titubear, y 40 min después habíamos llegado a la cima. Sorprendente.
Como soplaba, el cruce fue rápido, y el adiós, concreto: "no sé cuándo, pero quiero volverte a encontrar", le dije.
Guardé mi cámara, y comencé a bajar hacia mi casa, mi familia.
Recogimos un reaprovisionamiento en el lugar del vivac entre el glaciar Toro superior e inferior. Y seguimos hasta el cruce del río, mucho más caudaloso que a la ida. A los gritos y vociferando, cruzamos.
Armamos campamento en Toro. Y compartimos las provisiones que nos sobraban - pensadas para soportar días de mal tiempo - con algunos personajes que llegan hasta aquel lugar, donde aparece el primer árbol ( para ellos, el último, ya que no pasan de allí ).
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