domingo, 13 de diciembre de 2009

Día 2

Saliendo de Camp. Toro, vemos que el río a cruzar se encuentra bajo. Ni siquiera evaluamos cruzar con la tirolesa ( un cable de acero que cuelga sobre la garganta del río ) y optamos por vadear una cantidad de brazos en la desembocadura. Helada, casi punzante, el agua blanca no es profunda, pero nos hiela los dedos de los pies por igual.

Subimos durante tres horas, a pesar que Georgie se queja de un muy fuerte malestar. Destrozado, casi reptando mientras subimos, se detiene con la cara desfigurada de dolor.

"Georgetto", le digo, "te ofrezco llevarte un kilito, y Raúl otro más". Parece poca cosa a la distancia, pero creemos estar en el límite de lo que podemos cargar durante largas horas hacia arriba.
Rechaza el ofrecimiento.

"Péguenme un piquetazo en la nuca y tírenme en una grieta", dice bromeando, mientras cruzamos el glaciar Toro inferior

Debemos decidir entre regresar,seguir o hacer un vivac.
Unánime por la tercera opción.

Armamos la carpa, y Georgie duerme en posición fetal durante horas. No hay nada en nuestro botiquín que lo pueda ayudar. Ojalá mejore.

De Circo de hielo

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