No sé si la vista del glaciar Toro inferior debajo nuestro o la proximidad del Paso del Viento hicieron que Georgie se recuperara del lamentable estado del día anterior. Como no podía seguir, armamos nuestro vivac allí, esperando que mejore.
Ahora, con tan sólo una mochila de 25Kg y habiendo dejado algunas preocupaciones detrás, se calzó la mochila, y emprendimos la subida -pronunciada- al paso.
La vista era espectacular, básicamente la misma que el año pasado, pero las emociones eran distintas, ya que no seríamos espectadores sino partícipes de ese hábitat tan extraño y extremo, dónde sólamente existe el viento y el hielo.
Encaramos hacia abajo, a laguna Ferrari, donde dejamos otro de nuestros reaprovisionamientos ( comida y combustible ) y seguimos hacia laguna de los Esquíes.
De Circo de hielo |
Llegamos cansados a ´los Esquíes´, una laguna turquesa profundo, protegida del viento, donde armamos nuestra carpa y cocinamos.
Como siempre, nos fuimos a dormir temprano, ya que a las 4 de la mañana se acaba la noche...
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